La emergencia climática nos obliga a hacernos preguntas a las que jamás pensamos que nos tendríamos que enfrentar. Hace unos meses reflexionamos en Brief The Change sobre si se debería prohibir la publicidad de automóviles contaminantes, inspiradxs por el Movimiento ZAP. Hoy nos preguntamos: ¿debería la industria creativa dejar de trabajar para empresas de combustibles fósiles?
No es una pregunta nuestra: activistas dentro del sector llevan haciéndosela un tiempo, y el movimiento Clean Creatives la ha convertido en un compromiso. A día de hoy, 92 agencias y 202 creativxs de todo el mundo han prometido no trabajar para clientes de la industria de los combustibles fósiles.
Hace unos días, la plataforma de activismo creativo Creatives for The Future reunió en un encuentro virtual a tres profesionales Internacionales expertxs en el tema: Duncan Meisel (director de campañas de Clean Creatives), Solitaire Townsend (cofundadora de la agencia de transformación Futerra) y Jonathan Wise (cofundador de la red de profesionales del marketing contra la emergencia climática Purpose Disruptors).
¿Por qué está en su punto de mira la industria de combustibles fósiles, concretamente? Si se trata de un tema de contaminación, podríamos pensar que es igual de importante dejar de trabajar para la industria de la moda, del transporte o de la alimentación. La respuesta es sencilla: la producción de energía es responsable del 75% de las emisiones de GEI del mundo. Transformando esta industria reduciremos el impacto medioambiental de todas las demás.
Quienes defienden esta idea no lo hacen en base únicamente a criterios morales individuales (pensamientos de “yo no quiero tener nada que ver con esta industria”), sino, sobre todo, al poder transformador de la creatividad. Defienden que el talento creativo transforma mentes, corazones, tendencias de consumo y decisiones políticas. Si dejamos a la industria más contaminante del mundo sin ese talento, no les quedará más remedio que transformarse de forma urgente y efectiva.
Y es que el mayor impacto que tiene la industria publicitaria está en lo que consigue para sus clientes. Por ejemplo: el esfuerzo que hizo WPP para reducir su huella de carbono un 73% en 2019 se anulará en cuanto su cliente BM, al que WPP ayuda cada día a crecer con su talento, aumenta su facturación un 0,3%.
Puede parecer utópico pretender que toda la industria publicitaria mundial se alíe en contra de este sector, y más cuando los seis grupos empresariales que concentran la mayor parte de la facturación del sector no tienen ningún reparo en trabajar para estas marcas. Sin embargo, los tres ponentes comparten que cada vez hay más creativxs buscando trabajos alineados con sus valores, y la defensa del planeta es uno de los más compartidos.
“Lxs jóvenes que protagonizaron las mayores protestas climáticas de la historia ahora están entrando en el sector publicitario, y tienen muy claro a qué empresas no van a prestar su talento creativo.”
Duncan Meisel, Clean Creatives
“Pero, cuando esos nuevos perfiles entren en la industria, ¿a quién van a admirar? ¿De quién aprenderán la creatividad?” Ese es uno de los grandes retos dentro de la industria, según Solitaire Townsend, cofundadora Futerra.
Chacho Puebla, el moderador de la charla, coincidía con lxs tres ponentes de la charla en que se avecina una batalla de las ideas en la que la narrativa será fundamental para ejercer presión sobre quienes toman grandes decisiones. Cuando le preguntaron sobre cómo debería ser la narrativa sobre el futuro al que espirar, Solitaire contestaba que “presentar un futuro en el que todo está arreglado no es sexy, es aburrido. Debemos construir narrativas sobre el camino a seguir, llenas de retos, oportunidades, colaboraciones y peligros a las que todo el mundo se quiera sumar”.
Entonces… ¿debería la industria creativa dejar de trabajar para empresas de combustibles fósiles? Pues bueno, eso es decisión de cada agencia y cada profesional de la industria. Pero tomémosla sabiendo el poder que tienen nuestras ideas, y decidiendo a quién se las queremos ceder.
Y, si después de leer este artículo tomas la decisión, ¡cuéntanosla!